jueves, 3 de enero de 2013

L'Alt Empordà: de Cistella a Besalú

Realizada el 30/12/12

Puente de Besalú

El recorrido de la ruta, de 54 km, es este



y el perfil de la misma


La ruta tiene su punto de inicio en Cistella, un pequeño municipio de la provincia de Girona dentro de la comarca de l'Alt Empordà.

Cistella

Desde la plaza Mayor del pueblo nos dirigimos hacia la ermita de Ntra. Sra. de Vida no sin antes haber visto, a pocos metros de la plaza, la iglesia de Sta. María que aunque fue reconstruida en el s. XVIII, conserva la portada románica del s. XII.

 Iglesia de Sta. María (Cistella)

En breve cruzamos el barranco de la Codina y nada más pasar una cruz a la izquierda del camino, abandonamos el asfalto para coger un camino de tierra, a la derecha, que desde el inicio marca una fuerte subida.


Esta subida a la ermita es de casi 600 metros (10% de media) y, realmente, vale para entrar en calor. Una vez arriba seguimos las indicaciones de un poste que marca la dirección hacia Lladó, cruzando el barranco de Fregabou.


Que este barranco llevase un poco de agua nos hace pensar que no será la única vez que nos la encontraremos a lo largo de la ruta, por la cantidad de barrancos por los que discurre. Al tiempo.

Con la indicación del poste como referencia para llegar a Lladó hay que seguir las marcas blanquirojas hasta verlo aparecer por nuestra derecha a unos 400 metros después de haber cruzado el barranco del Bac de la Sala.

Lladó

Torcemos a la derecha por un camino que desciende hacia el río Manol y por el que luego afrontamos la subida de 1 km hasta el pueblo (media del 9%). Una vez en el casco urbano, seguimos subiendo un poco más en dirección a la iglesia de Sant Feliu.


Fue la iglesia parroquial hasta 1929. El edificio actual se reconstruyó en el s. XVIII sobre uno anterior del s. XI.

Bajamos por la c/ Conxita Aguaviva hacia la plaza Mayor, lugar por donde cruza el torrente de la Tria y encontramos el conjunto formado por el monasterio de San Joan y la iglesia de Sta. María. El monasterio agustino, del cual el ayuntamiento de Lladó ocupa algunas partes, empezó a construirse en el s. XI.

Iglesia de Sta. María (Lladó)

El templo del monasterio empezó a construirse en el s. XII con una gran pomposidad que no se vio continuada a medida que progresaban las obras. En la puerta de entrada se encuentran seis arquivoltas que enmarcan un fresco del s. XVI.


Abandonamos la plaza por la c/ Gran hacia la salida del pueblo buscando, de bajada, el barranco de l'Àlguema, cerca de Can Roure. Allí nos encontramos con un barrizal en toda regla, así que al cruzar dicho barranco y seguir por la izquierda en la primera bifurcación nos detenemos para, antes de subir, quitar la mayor cantidad de barro posible.


Casi 1 km de cuesta (6% de media) más tarde el camino llega a la carretera Gip-5237. Rodamos por ella unos metros, hacia la derecha, ya que en breve tomamos un camino por la izquierda (balizado con una señal de ruta BTT) e iniciamos un agradecido descenso.


De nuevo por asfalto pasamos frente a Can Ribosa y Cal Músic antes de seguir el desvío indicado hacia la iglesia de Sant Mateu de Vilademires y que nos lleva a cruzar el barranco de Sant Jaume.


Pasado el barranco seguimos por la izquierda para iniciar otro kilómetro de subida (8% de media). Pasados 800 metros se llega a los campos del Can Batlle donde se gira a la derecha y buscamos un sendero por la izquierda (70 metros) para afrontar la última parte de la subida.


El sendero se bifurca y bajamos por la derecha hasta el camino de Maià de Montcal a Queixàs; en ese cruce seguimos descendiendo hacia Queixàs. Allí el camino se topa con la antigua N-236a por la que continuamos la ruta hacia la derecha. Son 2,7 km de asfalto en mal estado y de continuos sube-bajas aunque con tendencia hacia arriba.


Habiendo pasado una antigua fábrica giramos a la derecha para, cambiando el asfalto por tierra, iniciar otro nuevo tramo kilómetro de subida (1,1 km). Los primeros 600 metros al 4% de media y los 500 metros restantes al 9% de media.


No haremos caso al desvío hacia la ermita de Sta. Magdalena, de modo que prolongamos algo más el descenso por el camino asfaltado hasta encontrar un camino en paralelo a la carretera frente a la entrada de Can Ramis.


Por delante casi 1,5 km de descenso (la primera parte algo complicado) que acaba poco después del cruce de nuestro camino con la Giv-5235, cuando un giro a la derecha cambia la tendencia del camino teniendo Maià de Montcal al fondo.

Maià de Montcal

Llegamos a las afueras de este pueblo, concretamente al cruce con el camino de Maià de Montcal a Can Tasi. Torcemos a la izquierda y no dejamos este camino durante los siguientes 1,3 km; por un sendero continuamos recto atravesando el encinar de Can Traver, subiendo hacia el torrente de Malagrana y una vez cruzado, solo nos quedan 3 km, casi siempre en descenso hasta llegar a Besalú.


De camino bordeamos el bosque de Can Bellsolà hasta el cruce con la Giv-5234. Al otro lado hay una pasarela que permite salvar la N-260 y rodeando una urbanización llegar a Besalú y aprovechar para visitarla ya que está declarada como Conjunto Histórico-Artístico (1966). Circulamos por la c/ abad Safont hacia la plaza de la Libertad, deteniéndonos en la iglesia de Sant Vicenç.


Actualmente esta iglesia documentada en el s. X, corresponde a una reedificación del s. XII que no terminó hasta el s. XIII, incluso algunos elementos hasta el s. XIV como la puerta y buena parte de la fachada principal. Su campanario se construyó en el s. XVIII.



Desde esta plaza ya se puede ver parte de la iglesia del monasterio de Sant Pere, en la plaza del Prat de Sant Pere.


El antiguo monasterio benedictino fue fundado en 997 por el conde Miró de Besalú. La primera iglesia se consagraba en 1003. El templo actual, el único elemento conservado, es obra de finales del s. XII. El claustro gótico, el palacio del abad, y otras dependencias situadas al Sur, desaparecieron durante los ss. XVIII y XIX.


En la fachada principal fue horadado un ventanal de flanqueado por dos felinos que, con sus garras, someten a diversas figuras alegóricas alusivas al pecado.


Detrás de este edificio se encuentra el hospital de Sant Julià, levantado entre los ss. XII-XIII por el monasterio de Sant Pere para los pobres.


De vuelta a la plaza de la libertad subimos por la c/ Comte Tallaferro, pasando bajo el Portal de la Força o del Castillo.


Daba acceso al recinto de la Força (s. IX), una ampliación del viejo poblado visigodo. En el s. XI se construyó el castillo condal que provocó reformas considerables en las murallas, abriéndose entonces este portal.

Desde este punto se puede acceder a otros monumentos como la colegiata de Sta. María o los cimientos de la torre Lardera (s. XI).

Cimientos de la torre Lardera

La salida de Besalú la haremos por su puente viejo al que se llega por la calle del mismo nombre.


En la parte más cercana al pueblo se encuentra el portillo con claro carácter defensivo y más adelante, una segunda torre justo en el lugar en el que el puente traza un ángulo.


Este puente medieval (s. XII) sobre el río Fluvià acumula 7 arcadas, con diferentes luces, para un total de 145 metros. Una bonita forma de llegar a la mitad de la ruta.


Por el puente Nuevo regresamos al lugar por el que llegamos a Besalú, pero esta vez seguimos recto por la N-260z hasta una rotonda que dejamos por la primera salida, remontando el curso del Fluvià. Pasada una fábrica papelera, cruzamos al otro lado de la N-260 por gracias a un paso inferior.


1,4 km más adelante, en los campos de Bruguers, giramos a la izquierda por un camino ascendente. Es algo más de 1 km hacia arriba (4% de media) donde los primeros metros son los más duros. Antes de llegar a la N-260 se hace un giro de 180º hasta un nuevo cruce de caminos 750 metros más adelante (los últimos se hacen por una estrecha senda).


En el cruce giramos hacia la izquierda, en descenso, para buscar el barranco de Bruguers con el terreno bastante humedecido y resbaladizo. Tras otro repecho bordeamos las casas del Molí d'en Llorenç y cruzamos la N-260 para coger un camino que, en 1,5 km con ligera pendiente, nos deja otra vez en las afueras de Maià de Montcal.


Aquí entramos en la parte de la ruta que se repite. Tenemos que volver hasta Queixàs por el mismo camino que hicimos anteriormente y, obviamente, por el tramo de la antigua N-260a.Al llegar allí no dejamos la carretera, sino que continuamos por ella hasta otro paso inferior por el que evitar la nacional y su tráfico.


Al otro lado continuamos por el primer camino de la derecha desde el que se ve el camino de Can Pirrac y su perfil, que por suerte, no parece que tenga demasiada pendiente.


Rodeamos Can Pirrac e iniciamos el descenso al barranco de Sant Jaume que, posteriormente habrá que subir. Subida que continua bordeando una parcela con placas solares por los bosques de Can Vila hasta un breve descansillo necesario para afrontar los siguientes 1,3 km (4% de media) entre los que cruza, de nuevo, la N-260.

Pasamos frente Can Barraca antes de girar a la derecha obligados por el cierre de caminos y empezar el último tramo de subida hasta el cruce con la Gip-5237, acompañados hasta arriba por un par de lugareños.


Nos dejamos caer por la carretera hasta la intersección con la Gip-5238. Al otro lado, un poco a la derecha empieza un camino de tierra (ojo con este cruce) por el que descendemos con precaución hacia el barranco d'Àlguema siguiendo la primera bifurcación a la izquierda.


Y como vienen siendo habitual después de bajar a un barranco toca subirlo. Pasamos por la vaquería de Can Caselles y seguimos subiendo hasta casi encontrarnos de nuevo con otra carretera (Gip-5239). Enfrente nuestro camino sigue descendiendo (durante casi 2 km) hacia las naves de Can Llavanera.


El tramo empieza a embarrarse otra vez. Nos encontramos de nuevo con el río Manol que, ahora, cruzamos en tres ocasiones, una de ellas con agua y finalmente llegamos a la Fàbrega, donde torcemos a la izquierda.


El siguiente kilómetro es siempre en subida (5% de media), pasando entre Can Marial y en paralelo al barranco de Fregabou. Luego volvemos al típico sube-baja de la ruta hasta llegar a un cruce donde una señal indica que Cistella está a casi 1 km.


Solo nos queda continuar por el camino asfaltado, en descenso, hasta volver a entrar al pueblo por el mismo lugar que iniciamos la ruta horas antes.

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Para descargar el track, este es el enlace.

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